La broma

El género Teredo es el más representativo y su especie típica la Teredo navalis, perteneciente a la familia Teredinidae. Son moluscos que atacan las maderas sumergidas. La broma tiene la concha reducida y transformada en útil perforador, denominada normalmente "cabeza". Su cuerpo está provisto por un extremo de una parte bífida, un sifón doble que permite la circulación y la filtración del agua de mar. Taladra la madera sumergida, consiguiendo digerir la celulosa gracias a un órgano especializado llamado la glándula de Deshayes, que alberga bacterias adecuadas a la tarea.

 

El cuerpo del teredo es alongado y vermiforme, formando un tubo calcáreo que se abre al exterior a través de un pequeño orificio en la madera, difícil de identificar, el cual es usado para la entrada inicial del animal en la madera. Durante la vida del animal, el orificio permanece abierto, permitiendo la salida de agua, excrementos y de los elementos reproductores a través de dos sifones, y también es usado como entrada de plancton para la alimentación. Esta abertura puede ser cerrada por dos paletas calcáreas, localizadas lateralmente a los sifones y accionadas por fuertes músculos, impidiendo la entrada de partículas o de animales indeseables. Por medio de contracciones del músculo aductor, la broma hace que los dentículos de la región anterior de la concha raspen la madera, retirando partículas que sirven de alimento, siendo su "gusto" por la madera variable de acuerdo con el género al que pertenezca.

 

Ecología

 

Este bivalvo descrito y bautizado por Carl von Linné en 1758 produce una larva que presenta rápidamente una forma inhabitual entre los bivalvos, ya que se alarga y desarrolla hasta alcanzar los 20 cm. La larva es libre y planctónica. El adulto coloniza las maderas sumergidas:

 

cascos de naves, buques, pilotes, postes, árboles, troncos... creando una galería de 30 cm donde pasará el resto de su vida. Este molusco de apariencia frágil está dotado de una resistente cabeza perforadora capaz de perforar las duras maderas tropicales, inaprovechables hasta el siglo XX para la industria humana por su dureza.

 

Se alimenta de la madera que desmenuza, pero se nutre principalmente, como la mayoría de los bivalvos, filtrando el agua que circula en su organismo por medio del sifón situado en el extremo posterior de su cuerpo. Las paredes de la galería que excava están solidificadas por una fina secreción blanca calcárea, que forma un tubo de 20 a 30 cm, lo cual le permite vivir largo tiempo en maderas frágiles, esponjosas, blandas o muy descompuestas. Vive probablemente en simbiosis con bacterias que le ayudan a atacar y digerir la madera. Distintas especies de bromas y teredos pueden vivir en un mismo tronco flotante o sumergido, asistidas de numerosas especies de crustáceos isópodos (limnories), los cuales se sitúan sobre todo en el exterior del tronco.

 

Hábitat

 

Las bromas viven en maderas sumergidas o flotantes, en aguas saladas o salobres y en todos los estuarios. Pero no pueden, por ejemplo, sobrevivir en las zonas menos saladas del mar Báltico.

 

No son capaces de sobrevivir en algunas maderas tropicales que les resultan tóxicas, y en otras maderas demasiado duras para atacarlas y construir sus galerías. Maderas duras, como por ejemplo el roble, son colonizadas más lentamente que otras como el pino, que puede ser degradado en pocos meses. Necesitan un aporte suficiente de oxígeno, por lo cual no se encuentra en los sedimentos marinos.

 

Influencia y daños a los navíos

 

La broma tiene una forma esbelta que recuerda a la de los gusanos (su nombre en inglés es "shipworm", gusano de los barcos, y tiene nombres similares en alemán y en otros idiomas), pero posee las características estructuras de los bivalvos. Las valvas de la concha son pequeñas y separadas, y se sitúan en el extremo anterior del "gusano", lo que facilita su uso para excavar la galería. La broma causa graves daños en los cascos de madera de los barcos y en las estacas u otras estructuras de madera de instalaciones marinas. Por ello ha sido muy estudiada en busca de métodos que permitan prevenir sus ataques.

 

Los teredos se encuentran en todos los mares, pero son más frecuentes en aguas templadas y de baja salinidad, por lo cual su impacto para la navegación europea fue mayor en la era de los descubrimientos y la navegación tropical. La broma era una amenaza real. Existen varios relatos de navíos totalmente perdidos debido al debilitamiento del casco por la acción de la broma.

 

En la carta escrita por Juan Sebastián Elcano en Sanlúcar de Barrameda a bordo de la Nao Victoria el 6 de Septiembre de 1522, donde da cuenta al Emperador de su llegada tras dar la vuelta a toda la redondez del mundo, que yendo para occidente hayamos regresado por el oriente. (….) O con toda honra servir a V.M., para hacerle sabidor del dicho descubrimiento partir con una sola nave, estando en tal estado, por causa de la broma, que solo Dios lo sabe (….)pero resolvimos de común acuerdo, morir antes que caer en manos de los portugueses, y así, con grandísimo trabajo de la bomba, bajo la sentina, que de día y de noche no hacíamos otra cosa que echar fuera el agua, estando tan extenuados como hombre alguno lo ha estado, con la ayuda de Dios y de Nuestra Señora (….)

 

El capitán Juan Sebastián Elcano